miércoles, 27 de febrero de 2013


Nos recibieron el coche y subimos las escaleras que daban al Grand. Esta vez no les falló nada: la decoración era perfecta, los canapés estaban exquisitos y al ver a la gente hasta sentí que los había extrañado. Yo portaba un vestido lila de seda drapeada strapless, sencillo, cómodo y definitivamente lucidor. Me urgía estrenar una bolsa de un diseñador mexicano muy famoso que había hecho una colección edición especial con una joyería. Aunque mi outfit era perfecto mi gran logro había sido Camila, que si no la presiono habría llegado con shorts de mezclilla  y tirantes, como le encanta andar. Llevaba un vestido negro alto que servía de base para las alhajas que su padrino el joyero le había prestado para hoy, tacones negros altos y una bolsa que yo le había regalado de otro diseñador mexicano con quien llevo muy buena amistad. La turca se veía preciosa pero no compró nada en el Triángulo de Oro, ella llevaba un vestido típico muy elegante, también se veía impresionante.

Se lucieron estos niños con la barra pero más con los tragos, claro que dieron champaña, pero la cocktailería merecía un aplauso. Caminamos entre la gente, con algunos hablábamos con otros una sonrisa de lejos era más que suficiente. Creo que por primera vez asistimos todos..

Estaba la nieta del viejo Soumer, los mellizos Nosbi, los Salim, los Rivas Asturias.. no puedo decir que la fiesta prometía mucho porque cuando son los hijos o los sobrinos de alguien, suelen ser muy divertidos, en cambio los nietos... como que no aprecian el glamour de estos eventos.

-¡Bernardina querida! - me encanta saludar como mi mamá cuando pretendo ser muy amiga de alguien.
-¡Nicola Divari! -así me decía su padre que en paz descanse, a mí y a mi hermano nos quería muchísimo y nos invitaba a su casa de los montes a jugar el día 11 de cada mes.
-Hace años que no nos vemos, ¿Qué te has hecho? Escuché que acabas de cumplir 4 años con Noel .
-Sí, es verdad, de hecho estamos pensando en formalizar.
-¡No me digas eso B! ¡Qué felicidad!

Nos interrumpió Jaime de la Olla, un chaparrito treintón que había dejado de salir a eventos sociales porque su tío cometió un fraude en México, supongo que estando en las europas se está dando sus lujos.

-¡Las dos bellas socialités de 6 años! ¡Ah no! Ya han crecido.
-Reímos con él y nos platicó de unos negocios que está haciendo en Marruecos con unos turcos que casualmente, según supe después, son los mismos que tienen negocios con Beto.

-A quien no he visto es a Gabrielle ¿alguien ha sabido de ella?
-Ella.. - intentó responderme Jaime pero Bern lo interrumpió.
-Ella ya no puede estar ni convivir con nosotros.-dijo en un tono duro que te inspiraba a no insistir.
-¿Por qué no pedimos unos martinis?.. por los viejos tiempos.

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