sábado, 19 de enero de 2013



Tengo un cuadernito en el cual desde niña le escribo a París. Más que nada son cartas de amor. Nunca olvidaré la primera vez que fui. Todo me maravillaba. Todo lo que tocaba el sol era digno de ser alabado. Y mis ojos se llenaban de belleza cada que los abría. Nunca me he cansado de París y sus alrededores, ni de los jardines de André Le Nôtre, ni de los puentes. Menos de la torre Eiffel, y claro que es un cliché pero qué me importa, nunca he me he sentido más viva que cuando la vi por primera vez, me fui de rodillas contra el pasto y la admiré por horas.. sonreí por días. Y ahí empecé a escribir de mis viajes, lo hacía aunque fueran letras sólo para mí. Ahora que publico les quiero compartir un poco de aquello, pero cuando se acabe París.

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